¿Tienes alguna superstición?
Las supersticiones no son solo creencias, son los susurros de quienes nos amaron, recordándonos que, en lo invisible, también hay historia y conexión.
Las supersticiones no son simples cuentos sin sentido. Son hilos invisibles que nos conectan con quienes vinieron antes, con los que amamos y con aquellos que, aunque ya no están, siguen susurrándonos en cada gesto. Son la voz de una abuela que nos advertía con dulzura que no dejáramos las tijeras abiertas porque traían peleas. Son la risa de una madre que, aunque no creyera en ello, tocaba madera «por si acaso». Son esa sensación de que, a veces, lo que hacemos tiene un eco en lo que nos rodea, aunque no podamos explicarlo.
Porque en el fondo, ¿no buscamos todos un poco de certeza en un mundo que se escapa de nuestras manos? La vida es un misterio indomable, y las supersticiones nos dan la ilusión de que, con un simple gesto, podemos atraer la suerte o alejar el infortunio. Es nuestra manera de negociar con el destino, de sentir que no estamos completamente a su merced.
Quizás no creas en ellas, pero dime… ¿Alguna vez has sentido la necesidad de hacer una pausa antes de pasar debajo de una escalera? ¿O te has sorprendido lanzando un poco de sal por encima del hombro después de derramarla? No es el miedo lo que nos mueve, es el deseo de conexión. De seguir un ritual que, aunque no tenga lógica, nos hace sentir parte de algo más grande.
Porque cuando evitamos dejar el bolso en el suelo, no lo hacemos solo por dinero… lo hacemos porque alguien que nos amó nos enseñó que la prosperidad también se cuida. Cuando tocamos madera, no es solo por costumbre, es porque en el fondo queremos creer que un pequeño acto puede cambiar nuestro destino.
Las supersticiones son amor disfrazado de advertencias. Son la herencia de quienes nos protegieron con palabras sencillas, con reglas que quizás no entendamos, pero que seguimos porque en algún rincón de nuestra alma sentimos que ahí, en esos pequeños gestos, sigue viva su presencia.
SI, mi abuela siempre cerraba las tijeras, ni cruzaba los cubiertos en la mesa … Que recuerdos
Si al final esos son los pequeños detalles que hacen que siempre los llevemos en el corazón ❤️
Me remonontaste por unos minutos a mi niñez , con mi Nona querida llena de tiernas «advertencias disfrazadas de superstición»( ame esa frase)… GRACIAS GRACIAS GRACIAS porque ese deja vú volvi a conectarme con su esencia