Crónica de una Mamá Zombi: Descríbete en 1 palabra

Crónica de una Mamá Zombi: Descríbete en 1 palabra

El despertador suena. Bueno, en realidad, no suena porque mis despertadores tienen nombre, apellidos y una energía infinita a las seis de la mañana. Me levanto, medio zombie, con un pie en el mundo de los sueños y el otro pisando una pieza de construcción que no sé cómo llegó ahí. ¿Dormí cinco horas? Tal vez. ¿Suficientes? Jamás.

Si tuviera que describirme en una sola palabra, lo primero que vendría a mi mente sería: CAÓTICA. Pero no un caótico de esos que te hacen pensar en un huracán arrasando con todo (aunque mi casa a veces parece haber sido atacada por un mini tifón de juguetes y calcetines desparejados). No, hablo de ese caos funcional, ese que de alguna manera extraña y misteriosa sigue adelante a pesar de todo.

La vida diaria de una mamá en modo supervivencia

Mientras intento hacer un desayuno saludable para los niños, esquivando demandas infantiles y evitando que alguien se trepe a la mesa, me doy cuenta de que olvidé colgar la ropa anoche. La lavadora aún tiene la carga de hace dos días. Y el café… ¿dónde dejé mi café? Ah, sí, en el microondas, otra vez. Y ahí se quedará hasta que lo recupere en la tarde, frío y con una sensación de derrota.

Soy la mamá que empieza el día con una lista de tareas perfectamente organizada y termina improvisando con un pañal en una mano y un zapato en la otra. La que sale con prisas pero nunca olvida el peluche de emergencias. La que planea comidas equilibradas, pero acaba comiendo las sobras frías de los nuggets de los niños mientras dobla ropa. La que tiene la casa llena de listas, recordatorios y alarmas… que ignora porque simplemente no hay tiempo para todo.

Criar niños mientras el caos gobierna

"Las mañanas de una mamá zombi: niños con energía infinita, juguetes por el suelo y un café olvidado en el microondas. La maternidad es un desafío diario, pero también un viaje lleno de amor y aprendizaje

Las horas pasan en una vorágine de meriendas, juguetes en el suelo y pequeñas emergencias domésticas. «Mami, tengo hambre», «Mami, se me cayó un Lego en la nariz», «Mami, el perro se comió mi dibujo». No sé si reír o llorar, así que hago lo de siempre: respiro hondo, soluciono el desastre y sigo adelante.

A lo largo del día, entre meriendas que parecen picnics descontrolados y juguetes que se multiplican como por arte de magia, a veces siento que me estoy desmoronando. Que no llego a todo. Que me pierdo en el caos. Y entonces, de la nada, llega ese momento:

🌸 Un abrazo inesperado.
🌸 Una risa contagiosa.
🌸 Un «mamá, eres la mejor» dicho con la boca llena de galletas.

Y en ese instante, todo cobra sentido. No necesito ser perfecta, solo presente.

Ser mamá: un equilibrio entre el caos y el amor

"A pesar del caos, los abrazos lo equilibran todo. Ser mamá es encontrar belleza en el desorden y amor en cada pequeño momento."

El caos es mi compañero de vida, pero dentro de él hay una estructura invisible, una logística secreta que solo las mamás sabemos manejar. Porque aunque parezca que todo se desmorona a mi alrededor, siempre encuentro la forma de reconstruirme entre sonrisas pegajosas y canciones infantiles mal cantadas.

Porque, a pesar de todo, lo estoy haciendo bien.

Porque tú lo estás haciendo bien.

Porque ser mamá no es tener todo bajo control, sino aprender a bailar con el caos y seguir sonriendo.

Así que si hoy sientes que no puedes más, que el cansancio pesa y que tu lista de pendientes no hace más que crecer, haz una pausa. Respira. Y recuerda:

💖 Eres suficiente.
💖 Eres fuerte.
💖 Eres la mamá perfecta para tus hijos.

Y tú, mamá zombi, si tuvieras que describirte en una sola palabra, ¿cuál sería? Te leo en los comentarios. 💬💕

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